Cuando la unidad
orgánica para lucha de la clase obrera se fija objetivos claros y reales, que
apuntan a la raíz de los problemas, las soluciones que se plantean, deben ser la punta de lanza de la acción
gremial, los acuerdos alcanzados en esta convención marcan el hilo conductual,
tanto de la dirigencia, como de los trabajadores en sí, esa conducta debe estar guiada por la participación, por la conciencia
y actitud militante que debe
desarrollar el trabajador petroquímico para consolidar todos los objetivos
plasmados en esta convención.
Es esa
conciencia participativa y militante la que fortalecerá al movimiento
sindical petroquímico,
mediante la formación continua y permanente, promoverá la aparición de cuadros de
relevo y nuevas generaciones de dirigentes, esa es la clave del éxito de esta
convención, más allá de la demora, la frustración y las heridas que quedan
abiertas, esta convención recoge en su mayoría los aspectos a mejorar de cara
al futuro de un nuevo modelo de relación laboral, donde se reconozca el trabajo
como un proceso social y no como una mercancía
según se ve en el Capitalismo.
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